Hoy toca la parte del jardín botánico, un sitio impresionante al que no se le dedicó el tiempo necesario para poderlo disfrutar al 100%, ya que además ni siquiera dio tiempo a verlo entero.
Nada mas entrar por la puerta, la primera impresión que te llevas es bastante buena, un camino frente tuya, en cuyos lados se alzan plátanos de sombra, de 200 años de antigüedad, y de un tamaño enorme formando una especie de cúpula.
Siguiendo por ahí, otra cosa que llama la atención son los ficus, con unos pocos de años a sus espaldas, y unas raíces con metros de extensión, o troncos en los que harían falta 4 o 5 personas con los brazos abiertos para rodearlos.
Caminando por allí daba la sensación de ser puramente un bosque o selva, mucha humedad, sombra, pájaros, riachuelos, en esta zona estaba plagado de monsteras, helechos, hiedras, palmeras y demás plantas, demasiadas para nombrarlas.
Y por ultimo por hoy, que no ha terminado aun, curiosidades sobre algo que pasaba mucho en el parque. Al ser tan tupido, los árboles, muchos, se inclinaban para buscar la luz, hasta el punto de estar grandes ramas o el mismo tronco principal prácticamente en horizontal y corrían el riesgo de partirse, un buen ejemplo, son los plátanos de la entrada, pero hay mas, como esta Cycas resoluta, el Ficus macrocarpa, o el Dracaena Draco de las siguientes fotos.
En todas las fotos que pueda enseñaros no puede verse en realidad lo que allí hay, así que lo mejor es pasarse y verlo por uno mismo. Mañana intentaré concentrar la otra mitad de las fotos del parque y terminar del todo.
Saludos.
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